Mi sobrino Guillermo me dirá que si estoy loco, que 5000 seguidores FB y otros tantos en Twitter no me dan derecho a convertirme en una especie de predicador ridículo. Os pido perdón, los que me conocen ya saben como soy, no puedo callarme nada. Por eso mi blog se llama
Avecescuandopiensodemasiado.
MOTIN A BORDO
Nací
en 1968 y lógicamente por la edad y como además vivía en un pueblo de escasos
2000 habitantes, no pude ser muy consciente de si aquellos primeros años bajo
la dictadura fueron buenos o malos para mí. En cambio más tarde, si pude
apreciar que se vivían años difíciles, con muchas victimas por culpa del terrorismo
y una sensación de precaria estabilidad. Sin embargo y a pesar de todo, se
percibía ilusión en la sociedad. Ilusión porque algo nuevo se estaba
construyendo, un país nuevo nacía y ya se sabe que las cosas nuevas ilusionan y
unen mucho.
Han pasado muchas cosas desde entonces, hemos crecido, hemos prosperado, y dicen que incluso hasta llegamos a ser la octava potencia mundial, aunque ahora las cosas sean bien distintas.
Por
todo eso, ahora no puedo evitar sentirme preocupado y triste. Ver a nuestro
país en la actual situación me pone los pelos de punta, imaginar siquiera, que
podrían repetirse los peores momentos de nuestra historia, estremece solo de
pensarlo. Por eso me gusta escribir, para así aclarar toda la información que veo
y me llega de aquí y de allá.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Quien ha tenido la
culpa de esta debacle? ¿Y lo más importante, ¿cómo podemos salir de este lio?
La
primera pregunta se contesta con la segunda. Hasta aquí hemos llegado por la
ambición desmedida de muchos. Sí, de muchos, y del silencio cómplice de otros
tantos. Porque muchos seguramente nos hemos comportado como nuevos ricos. Quien
más, quien menos, ha especulado con un piso aquí y allá, el que pedía un
crédito para irse de vacaciones, el banquero de turno que se jubilaba a los 53
años, el empleado que acumulaba bajas laborales encubierto por el amigo medico,
el empresario que no daba de alta a los trabajadores inmigrantes, el dinero
fácil, el sistema podrido, los políticos podridos, aeropuertos sin aviones,
trenes sin pasajeros, autopistas de peaje vacías, trasvases que comenzaban a
construirse por el final y así podríamos seguir hasta llenar páginas y páginas
en blanco.
La solución parece
imposible y lo peor es que da la sensación de que estemos nadando contra los
elementos, contra un torrente que crece y crece por momentos y que parece
desbordar la barca. Situemos los hechos e imaginemos que la acción de todo un país,
trascurre en un viejo barco de manera con remos.
Una
parte de los remeros quieren apearse del barco. Se quejan porque llevan
demasiado tiempo remando más que los demás, que están cansados de buena parte
del resto. Dicen que muchos ni siquiera reman como ellos, que les insultan y no
les respetan, que ni siquiera son tenidos en cuenta a la hora de repartir el
rancho entre la tripulación y dicen que encima sus remos pesan más, y para
colmo, ahora acusan al resto de haberles obligado a desprenderse de las ropas
que les protegían del oleaje, con la excusa de que era necesario, para hacer
más ligero el barco y así salvarnos todos.
En
el otro lado del barco, creen que esas quejas son infundadas, que se trata de
un motín injustificable, que ellos sólo se relacionan en su lengua y además
aborrecen sus costumbres, aducen que siempre quisieron marcharse y de que
aprovechan la confusión y la debilidad de la nave para plantarse, sabedores de
que esta puede ser su oportunidad. La situación en el barco se hace aun más
confusa y delicada.
Alguien
debería decirles a todos, que a pocos metros esta la cascada y que todos perecerán
si no hacen algo. ¿Pero como convencer a unos y a otros para comenzar remar
juntos? ¿Cómo pretender volver a confiar los unos en los otros? Si apenas hay
tiempo y corriente aumenta por momentos…
Unos
hablan de obligarles a seguir remando, sacando si hace falta a la marinería de
asalto, y de juzgarles por alta traición. Los otros se plantan, desafiantes,
invitándoles a hacerlo, sabedores de que en caso de hacer tal cosa, la fractura
ya sería total y solo cuestión de tiempo, la separación definitiva. En la
desesperación, muchos lo ven como única salida, caiga quien caiga.
Desde
luego, esto que nos pasa es digno del mejor thriller de suspense y aventuras, ¿habrá final feliz o volverá a
ser un drama?
¿De verdad creemos que una nación, en donde se obliga
a una región a convivir con el resto, tiene futuro? ¿No hemos aprendido nada?
Para
colmo de males, los personajes más funestos de este barco son los únicos que se
atreven a lanzar arengas al resto. Aprovechan la confusión, sabedores de su
incapacidad, para alzarse como salvadores, diciendo ese, ¡ya lo decía yo! ¡Que
los tiren por la borda!,¡Vayámonos de aquí aunque sean nadando! O la otra
mejor, ¡partamos el barco y quedémonos con nuestra parte! en fin…
Yo
creo que este barco sólo saldrá adelante, si somos capaces de guardar silencio
unos minutos. Es momento de mirarnos a los ojos, con la mirada clara, y además
muy rápido, porque no nos queda tiempo. Me parece que es la hora de plantearnos
que quizás todos puedan tener razón, momento de alternarnos en la proa para remar,
momento de volver a confiar, momento de buscar la manera de sentirnos a gusto
en el barco. Momento de respetar, momento de confiar.
Quizás
lo primero sea mirar al camarote del capitán, y si él, no es capaz de
conciliarnos a todos, quizás haya que tirarlo por la borda. Los que gobiernan
la nave dan sensación de estar chiflados, se les ve por la cubierta fumándose
un puro y encima nos lanzan arengas para reconquistar otras plazas (Gibraltar),
como si no tuviéramos ya bastante con lo nuestro. Pero tal vez no haya
tiempo para hacernos con el mando del barco.
Lo
que si creo, es que nosotros somos dueños de nuestro destino y sólo con empatía,
sacando los problemas encima de la mesa, siendo capaces de ceder todos un poco,
hasta conformar un proyecto nuevo, algo que nos ilusione de nuevo, podremos
acabar juntos este viaje y quien sabe si tal vez, construir un nuevo barco,
movido por el sol y el viento que abundan por aquí, un barco limpio y moderno,
capitaneado por gente que aglutine valores, como tolerancia, respeto,
generosidad, honradez, templanza, capacidad de trabajo, imaginación,
en definitiva inteligencia.
Buena
travesía, juntos podemos.
Felicidades amigo. Ojalá hubiera más gente que pensase igual que tu.
ResponderEliminar¿Que otra alternativa hay?
ResponderEliminarestá muy bien lo que dices Francis y, si puede servir de algo, a mi me ha quedado en la mente una frase muy concreta: "Alternarnos en la proa para remar... Todos"
ResponderEliminarMe explico; la única salida que siento como una posibilidad es la de Alternar = Compartir. Que quiere decir esto?.
Que mientras miles de familias lo están pasando muy mal debido a esta debacle, a este cambio económico tan drático en lo últimos años y teniendo muy en cuenta que estamos todos en este barco con el mismo pasaje pagado, solo queda repartir. Repartirlo todo: Trabajo, salarios, obligaciones y derechos. Y, repartirlo todo de forma equitativa en función del porcentaje de falta de rancho en el barco.
Si hay un 15%, se deberían reajustar las bases hasta que se elimine este lastre de paro que arrastramos.
Así, si el horario semanal de trabajo establecido es de 40 horas y con un salario X. Al pasarlo a 34 horas y el salario a 85% de X, todos podriamos seguir en el barco y todos remariamos de igual
manera y se eliminarian esas diferencias entre los embarcados.
Todo seria algo mas sencillo pero sin ese lastre de compañeros de travesia que para subsistir acabarán amotinándose y con motivos para ello.. . No crees?
Un saludo y...ánimo.
Haces bien, nunca hay que callarse nada, pero... ¿piensas que hay un futuro posible?. He dejado de creer en los políticos, en todos. Pero no he dejado mi ideología guardada en un cajón.
ResponderEliminarAún así, creo que la solución está en la gente joven, en sus ideales todavía frescos y en nuestro apoyo a que lo consigan. El futuro es de ellos, y nosotros tenemos la obligación de ayudarles a lograrlo.
Sin lugar a dudas tu sobrino Guillermo te aprecia y le importas.
ResponderEliminarPor otra parte en todo eso del Motin a bordo/separación/independencia/libertad hay algunas cosas que no entiendo. ¿A quién tengo yo prisionero/cautivo/etc?. ¿Como?.
¿Cual es el problema?.
¿Que los que más tienen no quieren compartir con los que menos tienen?
¿Que Cataluña no quiere compartir con España?
¿Que Barcelona y su area metropolitana no quieren compartir con el resto de Cataluña? ¿Que los ricos no quieren pagar impuestos?
Antes incluso de plantear que es lo que se ha de repartir, hay que empezar con una pregunta ¿por que unas regiones "tienen" más y otras menos? ¿durante cuantos siglos ha existido una "política" de aranceles al textil "extranjero" y otros productos, de "zona franca", etc.? ¿quién a pagado el "sobreprecio" y la falta de calidad y competencia?
En cualquier caso, desde el valle del Ebro o la "marca hispanica" hacia el Sur todo era Al Andalus, si dejo de ser Al Andalus y pasó a ser otra cosa ¿quién lo hizo y con que objeto?.
¿Por que esos territorios -que historicamente también tienen "terrenos" al otro lado de la frontera Francesa- no le plantean a Francia esos mismos temas con las mismas exigencias y las mismas formas?.
Y la pregunta de todas las preguntas ¿por que todas las "comarcas" tienen que tener su "raza"/"variedad"/etc. de cerdo, gallina, alubia, pimiento seco molido, etc. etc. etc. y ser mejor que todos los demás con campañas financiadas con dinero público?. Y mientras el Iberico Puro languideciendo, cuando no pasa por auténticos apuros.
A río revuelto ganancia de pescadores -¿quién está revolviendo el río? ¿quién está pescando? ¿a costa de quién?-.
Es todo muy complicado y muy simple a la vez.
Me temo que todo se reduce a dinero -en quién maneja el dinero-, y nosotros, las personas, les importamos un pimiento y ya veremos en que termina todo -si es que termina la historia de nunca acabar-.
Un descubrimiento. Los cocineros también pueden opinar (nunca se piensa demasiado) como ciudadanos, como todos. Mil veces mejor que querer ser eso tan vago de referentes culturales o tertulianos que pretenden sentar cátedra de todo, que es lo mismo que no saber de nada (de lo que yo se desde luego que ni idea). Enhorabuena y que siga.
ResponderEliminarFelicidades, que gran metáfora para explicar como nos va. Es cierto que solo con que parásemos todos un poco a reflexionar tendríamos una oportunidad para avanzar, como tambien es cierto que es necesaria una actitud opitimista y resolutiva como la que tu tienes para que nos pongamos en marcha, así que por ahí habría que empezar. Por otro lado, antes de tirar al patrón por la borda yo lo pondría a hacer el trabajo más sucio del barco (aunque sea un inutil) para que tome conciencia de lo que es ser un ciudadano. Enhorabuena por el post Francis.
ResponderEliminarEn Italia la gente que opina que nadie debe quedar detrás se han presentado a las elecciones, y son ya la primera fuerza política.
ResponderEliminarSu primera medida ha sido bajarse los sueldos.
Os animo a investigar, porque en la piel de toro muy pocos están hablando de esto (demasiados intereses: unos en que no cunda el ejemplo, otros que no quieren una revolución que no puedan controlar ellos).
Enhorabuena Francis por tener tan buenas ideas, y por atreverte a expresarlas. Creo que era Jung quien decía que nuestro mayor miedo es a brillar. Perdamos ese miedo.