Mi madre, como todas las madres…
Toda la gente que conoce a mi
madre, me habla maravillas de ella. Nadie se cansa de decirme nunca lo
excelente mujer que es. Muchos guardan para si, una anécdota, algo que ella les
dijo en un momento dado. Marisa, mi madre, es mucha Marisa, pero aun es mucho
más madre.
Nosotros sus hijos, vivimos entre
la cocinera y la madre, entre la anécdota y la realidad del día a día.
Mi madre, es mi madre y como
todas las madres, a veces es muy pesada,
pero así son las madres.
Mi madre, como todas las madres,
también se equivoca. A mi madre como a todas las madres, le cuesta entender que
ya no somos de ella, que somos nuestros y que nuestros son nuestros problemas,
aunque como para todas las madres, nuestros problemas serán siempre los suyos.
A mi madre, como a todas las
madres, le disgusta discutir con sus hijos, pero discute, que para eso es
madre.
Mi madre, como todas las madres,
cuando abraza, se te da entera y eso ningún hijo debería perdérselo nunca.
Pero hay una cosa en la que mi madre
es muy poco común. A mi madre le salen unas croquetas de locura. Mi madre posee
además un don innato para hacer cosas ricas, no solo las croquetas, también las
patitas, los cocidos, las legumbres, todos sus platos presumen de un detalle
muy poco común, son tradicionales y modernos, suaves y elegantes. Mi madre
además, es la madre de cocineros más generosa que conozco.
Nunca me cansaré de dar las
gracias, y aquí incluyo a los dos, a Marisa y a Félix, por los excelentes
padres que me ha tocado tener.
Gracias Madre y Padre.
Francis Paniego
Enhorabuena, Francis. Por tu madre y por tu familia.
ResponderEliminarLa primera vez que fui al Echaurren mi hijo tenía un año. Recuerdo que, al ser una pareja con un niño pequeño, nos dieron una habitación que llamaban el ático de Francis. A la hora de la cena mi hijo se puso a llorar y a dar la lata y, para no molestar, decidimos que mi mujer subiría a la habitación y yo, al haber pedido ya la cena, me quedaría y subiría luego algo de cenar para ella. Finalmente, nos sirvieron la cena en la habitación y pasamos una noche y un finde semana que nunca he olvidado.
He vuelto varias veces más. Con amigos en moto, con mi mujer, he cenado en los dos restaurantes, te he seguido cuando salías en Canal Cocina... He estado en Tondeluna, que me parece un acierto y una apuesta valiente.
Es fácil heredar un negocio y echarlo a perder en una o dos generaciones. Es muy difícil heredar un negocio y mantenerlo. Pero heredar un negocio y mejorar lo ya de por sí difícilmente mejorable, modernizarlo y llevar la cocina de La Rioja a donde la estás llevando es impresionante.
Ni me conoces ni me vas a conocer, con lo cual esto no es halagar los oídos porque sí. Mi más sincera enhorabuena por el trabajo que estás (estáis) realizando y por los reconocimientos que te llegan.
Sólo espero que sigas así, que no te cieguen los premios. Y, otra vez, mi más sincera enhorabuena.
Millones de gracias, que bonito es todo lo que dices.
EliminarEse ático era mi antigua habitación de soltero.
Yo sólo soy el eslabón de una cadena que comenzó hace muchos años el tío Pedrito Echaurren y su mujer Andrea, que más tarde continuaron sus sobrinas Cristina y Julia y luego Marisa y Félix, mis padres. Ahora nos debemos a muchos que como tú, nos tienen en su imaginario, y a las 40 familias que vivimos de esta empresa, por todo eso, nos partimos la cara y tratamos de hacerlo de la mejor manera posible, como los que nos preceden nos enseñaron.
Un fuerte abrazo.
Me parece un post precioso. Qué cosas más ciertas dices! La mía también hacía croquetas, pero ahora las hago yo, se ha vuelto perezosa. Tenemos que aprovechar que aun las tenemos, es una suerte. Dile de mi parte que siempre que voy a Tondeluna uno de mis mayores alicientes son sus fantásticas croquetas. Siempre las pido.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTarde de año nuevo en casa de mi padre, día frío y lluvioso...rebuscando por la red encuentro un programa que no conocía, "Cocineros sin estrella", y uno de los capítulos, en Ezcaray: "Marisa, la madre de Francis", he pensado de repente. Y efectivamente, ahí la he visto a ella haciendo los caparrones con todos sus "sacramentos" y las croquetas. Entrañable como casi todas las madres que han dedicado parte de su tiempo a la cocina para dar de comer a su familia o a los que necesitaban reponer fuerzas con una buena de comida casera, de la de plato hondo y cuchara, para combatir el frío. Bonito programa y gran mujer. Enhorabuena por tener una madre así, consérvala todo lo que puedas....no sabes lo que echo yo de menos a la mía...Feliz 2013
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarHe leído este entrañable. Que bien lo has descrito!
He vuelto a este espacio.
Ellas son nuestro referente:))
Te dejo el enlace de mi post: madre, croquetas, memoria,
http://cuinacinc.blogspot.com.es/2011/11/les-croquetes-de-la-mare-1.html
Con google translate no hay problema,
Feliz domingo,
fina