‘A fuego lento...’
Nuevo espacio de El Echaurren
Hace 5 años se finalizó la estrategia de un proyecto muy detallado, con la intención de reconstruir un lugar en una localización muy cerca del Camino de Santiago en La Rioja, precisamente delante de la Iglesia románica de Ezcaray. Se definió con la intención de poder llegar a completar la actuación algún día. Realmente fue un plan director, una declaración de intenciones, de lo que podría llegar a ser el tradicional hotel Echaurren. Se buscaron los límites de su transformación en todas las escalas, desde la urbana hasta el detalle más objetual.
Pero, la arquitectura se hace cada vez mas imposible de planificar por la imprevisible inestabilidad de las actividades que se implican en ella. Por eso en este proyecto, simplemente se sabe donde se quiere llegar, pero día a día se busca el camino, como un peregrino, con lo que su historia podrá contarse de forma integral cuando se termine... Ahora, se describirá el momento actual, el cual se encuentra a mitad de camino.
Vísteme despacio, que tengo prisa...
Esa transformación progresiva se diseña por el estudio Picado-de Blas a lo largo del año 2008. Hasta un par de semanas antes de la primera obra, no se sabía sin embargo, cual era la zona más adecuada para empezar. Curiosamente daba lo mismo.
Lo importante era hacer como pequeñas intervenciones un cuidadoso ‘tratamiento’ paulatino para que el rostro nunca quedara desfigurado por completo, evitando así una ‘cirugía estética’ que lo desvirtuara, evitar una metamorfosis. Se está haciendo muy despacio para poder seguir funcionando y explicando a una cantidad enorme de usuarios la razón de ser de esta actualización en un lugar tan arraigado a una tradición culinaria muy estable.
La decisión más importante es evitar el impacto arquitectónico en el paisaje urbano. Evitar el conflicto formal con una repentina transformación e ir acostumbrando al propio entorno cultural a entender las mejoras que permiten otros usos. Estas micro-intervenciones, aprovechan las semanas más tranquilas y provocan gratas sorpresas de forma constante en el tiempo.
La tradición se adapta a un nuevo contexto ambiental fácilmente. Los impactos arquitectónicos no son comprendidos de forma masiva cuando no se explican claramente ‘sus tiempos de proceso’.
Este contexto obliga a los arquitectos a actuar con una estrategia de amplio espectro que pudiera servir a lo largo de los años y a diversas escalas.
Se plantea una “piel cinética” muy fácil de incorporar a los espacios, para permitir la intervención de los artesanos que actúen a lo largo del proceso.

Esta piel, responde a varios propósitos, el más importante es el fenomenológico y ambiental. Se trata de un elemento siempre vertical con dos caras, así se tienen dos visiones opuestas siendo los recorridos en un sentido totalmente distintos a los que percibes en el otro. Este juego es DINAMICO siempre que el observador haga cualquier movimiento.
El acabado en madera se asociará al tránsito hacia el espacio de la tradición culinaria y al sentido contrario es blanco indicando el camino hacia la modernidad.
El silencio es la otra virtud. Silencio físico por la ruptura del sonido en su superficie y el formal, porque difunde la luz directa y recoge la difusa. Desdibuja los límites y permite introducir entonces cualquier distorsión. Se trata de una gran piel que, como un tapiz, se especializa según tropieza con los elementos más inamovibles del espacio.
Esta estrategia extensiva tiene por objetivo ORDENAR toda la intervención, permitiendo conseguir un lugar con carácter propio que permita la convivencia de diversas acciones en el tiempo.
Los materiales:
Como en un buen guiso, el objetivo es trabar los sabores sin perder la esencia de lo que cada uno puede expresar. Todos los materiales empleados son naturales y de marcas que se producen bajo la responsabilidad de la sostenibilidad. La madera siempre de roble, el tejido y la preexistencia, son los ingredientes principales, que se sazonan puntualmente con metacrilato en las zonas más modernas y con elementos recuperados del antiguo hotel en las tradicionales.
Las nuevas ventanas macizas, enrasadas al exterior con herrajes de Häfele oscilo batientes, enmarcadas en un cerco perimetral que las emboca a modo de ventana de asiento. El suelo es de Junkers macizo de 22mm, con tablero de 15cms de ancho y largos máximos. A todo ello le acompañan los diseños de todos los objetos y muebles de roble nacional, que junto a los ‘picos’ aprovechan toda su expresividad.
Los muebles de roble están por todas partes, desde las mesas del comedor de ‘El Portal’, el armario de los puros, las mesitas bajas (h=36cms) y las altas (de 70cms) del ‘e-tapas’, las de apoyo en voladizo sobre la pared, los taburetes redondos en cruz, el sofá galleta, soporta-periódicosson todos diseño de picado-de blas y fabricados por Alma ebanistería y la tapicería Rabadán. También de roble es la celosía de la escalera, los tiradores y las puertas de las habitaciones pivotantes, aligeradas con tablero laminado Garnica-Plywood de 8cms de espesor.
Estas piezas se han tapizado con lanas escocesas de la marca BUTE.
Existían unas antiguas paredes tapizadas con un diseño del s.XVIII Toile de Jouy, con motivos campestres en burdeos. Se restauraron y aplicaron cuidadosamente, tira a tira de 3 cms, sobre una serie de ‘picos’ deconstruyendo el dibujo. Desde un determinado punto de vista, se recompone de nuevo fugazmente haciendo recordar lo que aquel rincón de la chimenea había sido antaño.
La sillas y butacas son diseño clásico del arquitecto Eero Saarinen producidas por Knoll y distribuidas por SIMSUM. Todas ellas se tapizaron con el tejido de lana rústica, escogido para el resto de espacios. Ese tejido, se utiliza también como cortinas de abrigo de los accesos de entrada y otros rincones.
Otro tejido que entra en juego constantemente es un Screen blanco. Se utiliza como clásica cortina que vela la luz en las ventanas, pero también de otra forma novedosa. Al tratarse de un tejido de fibras de vidrio muy similar al aspecto del lino pero con alta resistencia al fuego y desgaste, se vio muy apropiado para tapizar paredes de tráficos intensos. Al estar calado trasluce el tejido de color puesto de fondo cubriendo un muletón. Todo este sándwich de materiales se aprovecha para diseñar un ‘paramento acústico absorbente multicapa’ que consigue un alto confort acústico por todo el hotel.
El metacrilato colado tallado a medida por Resopal se coloca sustituyendo algún ‘pico’ para provocar transparencias, reflejos y distorsiones en algunas celosías y para difundir la luz verticalmente en lugares oscuros.
Los techos son siempre absorbentes con un alto porcentaje de agujeros. En la planta baja son de Knauf modelo rectilíneo y en las habitaciones de tablero laminado, lacado en blanco, registrable. Ambos casos tienen posada una lámina de fibra de vidrio de 40kg/m2 y otra lámina de algodón prensado y encolado al techo del forjado para evitar transmisiones de ruido.

La gran ventana corredera de la fachada principal es una perfilería de acero inoxidable de Jansen colgada sobre carriles Klein de alta resistencia, elaboradas por Kuma estructuras.
La iluminación es muy suave, confiando constantemente, tanto en espacios públicos como en los mas privados en la combinación de puntos flotantes ámbar con lámparas esféricas (mini-glo diseño de J.Morrison de Flos) combinadas con otras que retoman el espíritu austero del lugar diseñadas por picado-de blas y producidas por SIMSUM (´mod.‘ovni’) con la bombilla clásica vista de 40 W y cordón de tela. Estos puntos, se combinan con otros verticales de leds, integrados en los ‘picos’, salpicando las zonas más oscuras, tanto en las salas del restaurante, como en el vestíbulo, habitaciones o corredores. El uso diverso de los espacios (bar, restaurante, fiestas, bodas, café-concierto, congreso o presentaciones) requiere distintas iluminaciones. Esta versatilidad se consigue con un sistema superpuesto de puntos de luz direccionales de 30º que se enganchan en una red de conectores tipo Jack ocultos en el techo puntualmente. Este sistema de tensión continua convive con el resto de instalaciones eléctricas, triplicándose en necesidades si fuera requerido para alguna acción determinada. La luminaria es una esfera de chapa blanca de la marca (xxx) que alberga un halógeno.
Hoja de ruta. Fecha de 2011
Primera etapa: eliminar las rejas
La primera decisión fue la necesidad de introducir el paisaje románico de la Iglesia en el salón de la chimenea. De este modo el pórtico se convierte en un espacio de transición con un nuevo uso activador del jardín cercano. Esta operación amplía las perspectivas. Se abre el muro y la estructura de piedra rojiza más valiosa de la manzana es la que cierra el espacio. Ahora el Echaurren tiene un jardín.
Paralelamente se inicia una larga gestión con el ayuntamiento para reordenar la urbanización.
Esta intervención toca de algún modo toda la zona pública de planta baja, desde el suelo del vestíbulo hasta la antigua chimenea que se mantiene intacta en el mismo sitio junto al juego de telas antiguas antes descrito. También se transforma la fachada de planta baja, donde se colocan unas grandes contraventanas de madera de roble encintadas con una gran estructura metálica. Se trata de un guiño a los grandes portones que antaño hubo para guardar allí mismo a los animales del visitante.
>35 días de obra
Segunda etapa: máquina de habitar
Reorganización del vestíbulo y todas sus instalaciones centralizadas. En este espacio confluyen funciones muy delicadas del negocio, es la entrada, la primera impresión. Tras multitud de reuniones se concluye reunir todas ellas en un mueble central que de forma compacta, separa las circulaciones a cocina, hotel, bar y recepción. Se trata de un elemento ‘esponja’ donde se encuentra el control humano a cualquier hora. Se construye con la misma genética material que el resto de espacios. Será un banco de pruebas para los acabados, ya que todas las posibilidades de la estrategia de los picos roble+blanco se resuelven de algún modo en él.
>22 días de obra
Tercera etapa: celosía vertical
Se inicia la intervención en la escalera y la separación con el restaurante tradicional. La barandilla es una celosía de madera de roble macizo con escuadrías de 12x3 cms colocadas de forma similar al resto de revestimientos, de ese modo se mimetiza y recorrerá verticalmente todos los niveles. Este esquema permite entrar la luz filtrada de sur que entra por el patio interior. En estas fechas solo llega a la primera planta pudiéndose todavía observar cómo era la antigua. Al arrancar desde el vestíbulo, se plantea una gran pared móvil que separa el comedor tradicional de este espacio para convertir la planta baja en un espacio continuo con el solo giro de este gran elemento sobre un gran rodamiento.
>10 días de obra
Cuarta etapa: la tradición para el final
Esta sala es el motor del negocio, se toma la decisión de ser la última que se transforme. Es la que debe seguir recordando lo que fue. Hoy sólo se ha reordenado, sustituido la silla y abierto una gran ventana a sur para iluminar naturalmente el espacio. Aún no tiene intervención epitelial ni el esquema previsto de iluminación.
>14 días de obra
Quinta etapa: la modernidad gastronómica

Aún queda algún mueble de los antiguos flotando en el espacio de acceso esperando su turno.
Las transparencias y las sombras del exterior, se proyectan en los tejidos de las ventanas que hablan de un ambiente muy sofisticado.
>24 días de obra
Seis habitaciones en la segunda planta del hotel es la última etapa acometida, la cual se trata de un acercamiento muy aproximado al resto de la reforma.
En los corredores se disponen las habitaciones de dos en dos, pareando las puertas iluminando con más intensidad estos espacios que el resto.
A la habitación se accede a través de una puerta pivotante muy ancha, robusta, de roble. Todas se organizan de forma que siempre la cama queda en el centro, como una isla, mirando hacia la ventana. El cabecero, será un sencillo mueble prismático diseñado por el estudio picado-de blas en madera de roble y rechapados de resina blanca de alta resistencia donde se colocan integrados todos los interruptores, teléfono, apoyo de mesa, hueco para maletas y luces de cama. Este elemento es el que centraliza las acciones, generando siempre una pequeña zona de estar que separa la cama del aseo, el cual se plantea casi todo abierto. Es un concepto de espacio continuo muy similar al utilizado en planta baja con el mueble de recepción.
La habitación se plantea como un ‘escenario’ en el que se colocan siempre los mismos ‘personajes’, los cuales deben tener entidad y armonía por sí mismos. Son objetos de distinta escala dispuestos alrededor del espacio de tránsito. La única condición inmóvil es la centralidad de la cama.



Las paredes se forran con una espuma de 1 cm sobre la que se coloca la tela de acabado, confiriendo un confort acústico extremo. El aislamiento entre habitaciones es máximo con dobles tabiquerías de Pladur aisladas.
La zona del aseo y del acceso se hace más acogedora al cambiar la textura del suelo y paredes por una moqueta de lana anudada (de la firma JAB) que llega hasta la ducha. Los espacios húmedos se resuelven con cerámica de grandes dimensiones (SALONI color hueso) para disminuir las juntas y apoyar la idea de la claridad formal. Únicamente se cierra con un vidrio corredero la cabina del inodoro, y en la ducha de las habitaciones mayores el espacio es amplio instalando doble caño.
Las camas con edredones blancos de verano o de invierno se rematan con una mantita de mohair de colores vivos, de la fábrica de los hermanos Valgañón de Ezcaray.
Séptima etapa: habitaciones de crisis
La siguiente intervención, prevista para el próximo enero de 2012 es una serie de habitaciones donde el presupuesto será mínimo. De nuevo el reto del plazo, presupuesto y lo más difícil... encontrar la armonía con este lugar.
>25 días de obra prevista.

María José de Blas y Rubén Picado. Arquitectos.